miércoles, 16 de octubre de 2013

INFORMACION REMITIDA DESDE PARIS A D.J.NEGRIN POR UN AGENTE DEL SIM

INFORMACION REMITIDA  AL ENTONCES MINISTRO DE HACIENDA D. J. NEGRIN DESDE PARIS POR UN AGENTE DEL S.I.M.




París 21 de Febrero de 1.937.-

Sr. D.  J. N.- Querido D. J.- Mi primera información respecto a las actividades en el extranjero de determinados miembros del Partido, no  va a ser nada agradable, Vd. mismo juzgara.
A poco de llegar a París, en el pasado Diciembre, supe que había llegado al mismo, y que me buscaba el camarada Vidarte, me persone en el hotel en que me dijeron que se hospedaba, y me recibió enseguida. No quiero transcribirle la larga conversacion que sostuvimos de la que hice un resumen en cuanto abandone el hotel. En síntesis, me propuso lo siguiente, asegurándome que se trataba de un encargo del Gobierno y particularmente de Vd. como Ministro de Hacienda: Que me encargara de hacer un sello como el que los fascistas usan para timbrar sus billetes, a fin de que el Gobierno pudiera timbrar una buena cantidad de estos y venderlos al precio a que se venden los timbrados por los fascistas, que es aproximadamente el doble de lo que alcanzan los nuestros.
Creí que se trataba, realmente, de un propósito del Gobierno, y no me pareció prudente consultarle a Vd. Tales cosas no se pueden escribir y hacer un viaje para verle lo juzgue excesivo, Por lo demás, la personalidad del camarada Vidarte, dentro del Partido, era, a mi juicio, mas que suficiente garantía.
Compre pues unos cuantos billetes timbrados por los fascistas, encargue a personas de absoluta confianza que, con ellos a la vista se copiaran el sello, y a poco, tuve dos maquinitas para timbrar en seco, exactamente igual  que estaban timbrados los billetes de los facciosos, cuantos billetes se quisieran. Comunique al camarada Vidarte que todo estaba preparado y este, después de felicitarme por mi actividad por cuanto era de interés para el Partido, me pago todos los gastos que había realizado y me entrego  CIEN MIL PESETAS asegurándome que ya irían llegando mas, para que las timbrara. Pase varios días dedicado a ese trabajo, nada fácil viviendo en un hotel, donde no habría sido extraño que se me sorprendiera, y cuando tuve, por fin, todos los billetes timbrados, los entregue al camarada Vidarte, Nuevas felicitaciones por su parte, en su nombre y en el del Gobierno, (recuerdo que insistió sobre este particular) y promesa de entregarme en fecha próxima, cada vez mayores cantidades  de billetes para que los fuera timbrando. Pero no le volví a ver en varios días. Intente, entonces telefonearle, mas en vano. Fui, en vista de esto, diversas veces al hotel en que se hospedaba. Nunca se encontraba en el. Tuve pasados unos días noticias suyas desde España.Según me decía, el Gobierno no juzgaba prudente persistir en el propósito a que yo tan activa y decididamente me había dedicado. Vi en aquel momento, de súbito, con claridad, lo que había pasado.El camarada Vidarte, acababa de embolsarse con mi concurso, cien mil pesetas, toda vez que los billetes timbrados, valen exactamente el que los nuestros. Eso era todo. El Gobierno no tenia nada que ver en el asunto. Tal fue mi convicción, al instante, y tal sigue siendo. Pero dejemos lo que yo crea o deje de creer, que poco importa. Lo que importa es que conozca Vd. cuanto antes estos hechos y en lo que precede tiene un relato sucinto de ello. Si en efecto la cosa ha quedado reducida a que el camarada Vidarte se embolsara cien mil pesetas, no me duele la burla que en su proceder puede haber para mi; me duele que haya usado el nombre del Gobierno y sobre todo el de Vd. para sorprender mi buena fe. Y me duele, en otro sentido, que hombres representativos del Partido obren de ese modo, para tales fines.
Nada mas por hoy, querido D. Juan sino saludarle atentamente.
                                                                        C.

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